Toca para jugar.
El juego de la carrera del caracol es una forma interactiva de hacer que la sangre te recorra el cuerpo a toda velocidad. Solo se necesitan dos personas, un espacio en el que puedan moverse con libertad (cuanto más grande, mejor) y esta actividad sencilla pero divertida. La persona que comienza se pone de puntillas mientras se sujeta de un lado de cualquier objeto o superficie que sirva de apoyo, como un tronco junto a un estanque; detrás sigue otro jugador listo con cucharas de mano para que ambos compartan ligeros toquecitos en los pies, como si bailaran al estilo Lindy Hop sin avanzar ni retroceder demasiado, asegurándose de que solo ligeros toques adornen cada paso hacia el éxito hasta alcanzar la meta en el centro, donde la victoria espera a aquellos corredores lo suficientemente hábiles como para frenar a tiempo.
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